Bueno, esto é, esto foi a realidá que non é mentira, pasoume a min. Eu cando tiña dazaoito anos tuven unha pleura e entonces antes non había os sanatorios como hai ahora, había o hospital de Pontevedra, era unha sala así grande coma esta e camas pa un lado e pa outro i alá no final había unha pileta pa lava-las mans o médico, e chamábase don Enrique Mariscón e, entonces, eu botei alá tres meses no hospital. E a un señor fixéronlle sete operacións e entonces sacou a realidá como era o hospital, talmente como era, i a min, desto tiña dezaoito anos e teño ochenta e inda a teño aquí como o primeiro día. Así como lo vou decir:
Al entrar en el hospital
muchas lágrimas lloré
la entrada es ahora
la salida no la sé!
Al entrar al hospital
En la primera escalera
hai un letrero que dice
aquí se corta y se opera.
Un poquito más arriba
en el segundo escalón
a la mano izquierda queda
la sala de operación.
Cuando subí para arriba
mui triste i desconsolada
i vino la enfermera
y me preparó la cama.
Al entrar en la sala
no había máis que camas
médicos i practicantes
enfermeras i hermanas.
Cuando don Enrique entra
por la puerta para dentro
a visitar los enfermos
i a apuntar medicamentos
Primero visita abajo
porque le cuadra en camino
cuando viene para arriba
con muchísimo cariño.
I me dijo don Enrique
mañana te operaré
no tengas pena ninguna
que anestesia te daré.
Me sacaron de la cama
me pusieron en camilla
vinieron dos camilleros
me subieron para arriba.
Me quitaron de camilla
me pusieron en la mesa
aí viene toda contenta
la hermana Sor Teresa.
Me quitaron de la mesa
me pusieron en la cama
Aí viene Sor Filomena
con su carita enrosada
Toda llena de alegría
porque me encuentra operada.
I con la sed que tenía
se me aflige el corazón
i vino la enfermera
me dio un vaso de sifón.
La sala la milagrosa,
hai una fuente que mana
donde Don Enrique lava
las manos por la mañana.
Don Enrique Mariscón
es el padre de los pobres
médico de toda España
y también de los mejores.
Adiós hospital del alma
ventanas y corredores
donde se cortan mis carnes
donde sufren mis dolores.
Adiós hospital del alma
que lejos te voy dejando
dios quiera que salgan pronto
los que se quedan curando.
Autor/a da transcrición: Estefanía Mosquera Castro