Centro de Documentación da AELG
El teatro breve de Carme Sotelo
Kühn-Bode, Heidi
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EL TEATRO BREVE DE CARME SOTELO
HEIDI KÜHN-BODE

En su discurso/ensayo "Yo quisiera ser insípida y superficial, Elfriede Jellinek dice: "Yo no quiero actuar y tampoco quiero mirar mientras otros actúan. Tampoco quiero motivar a nadie para que actúe. Nadie debería decir algo y fingir que está vivo".

Son frases tajantes, abiertas y totalmente sin pulir; se pronuncian como sentencias; a ratos se escupen; nadie puede escapar de ellas, te persiguen. Es el yo sin pulir, crudo, directo que levanta su voz, sin más contemplaciones.

En su teatro breve, la autora Carmen Sotelo utiliza un lenguaje similar al de la autora austríaca; es el tono abierto, el timbre sin duda, la voz tajante. Como curiosidad anotamos que Carmen Sotelo no acusa influencia alguna; es obvio que no ha leído la obra de Elfriede Jellinek. Carmen Sotelo crea su propia cultura teatral. Es audible en todas sus piezas. Es trágica en NOITE.

La noche, Noite, la negra noche de los tiempos, la muerte. La noche, Noite, la pesadilla: La pesadilla continúa. La escritura dramática de la autora Carmen Sotelo es apasionada, de aliento poético y contundente. No hay tregua. ... El corazón pesa...

Hay que vivir. El castigo es la vida misma, la misma vida: el peso de esta vida impuesta, no escogida y menos deseada. Siempre hay una madre en la vida de una mujer que te despierta por la madrugada, extenuada, acongojada y despiadada; ser errante, confuso, perdido entre la oscuridad de la noche eterna, que sale de la larga fila de mujeres abnegadas para pasar el recado eterno y deprimente de que no hay más remedio: ¡Venga, trabaja! Venga!

... Lucha.... Miserable, lucha.

La hija se levanta ante ella y se queja de la vida que le han entregado.

-La vida se burla de mí, mamá.

-Steh auf, mein Kind. Érguete, nena. Levántate, niña. Get up, my child. ¡Arriba, venga, arriba! ¡Ponte a trabajar, holgazana, coge los libros ya!- (A Mai, La Madre)). Siempre hay un padre amenazador en la vida de un hombre; es aquel que le grita desde el pie de la escalera: Levántate inmediatamente, eres un puñetero vago, yo a tu edad... ya no sé cuántos años... chollando... rompiéndome el espinazo.... (Escena recurrente en la vida del hombre joven, contada por Thomas Edison) Y sigue la retahíla de trabajos espantosos para los que se necesitan músculos. Jamás se trata de labores de oficios espirituales.

Los personajes femeninos de Carmen Sotelo en forma de hija no se ajustan al patrón, reniegan del mundo. El reproche de la madre, Además, eres una mujer. No lo olvides.

La respuesta de la hija: ¿Olvidarlo? Vivo mi condición cada minuto.

La pesadilla del silencio y del frío, las lágrimas, las náuseas. No es una entrega mansa al dolor y al hastío. La hija es rebelde, la madre dura, amargada y exigente.

La gran burla. El gran engaño. Es fuerte y brillante la escritura dramática de la autora; su retrato de la madre amargada y cruel que vierte su frustración en la hija, que la amenaza con pegarle una somanta, si la encuentra en la cama a su vuelta, que se burla de ella cuando la hija habla de náuseas: Ya estás con tus comedias; la insulta y la amenaza: Te hago tragar los vómitos con una cuchara, mona de la mierda! (A Mai - La Madre)

En A través da ventá, el personaje-mujer cuestiona la forma cíclica de la vida, el díanoche, las cuatro estaciones, la monotonía: los mismos meses, los mismos siete días..., pero se recrea al mismo tiempo en una escena bucólica cuyo realismo cuestiona: allí va Sabela canturreando, como todos los días a esta hora, con la tina para recoger la ropa del tendal. Parece feliz... ¿será feliz de verdad o sólo lo aparenta? El contraste entre Adoro esta sensación de abandono, y el coche que inevitablemente sale de la curva, haciendo un ruido desagradable, siempre en el mismo sitio..., ¡qué desagradable!, entre las vueltas cíclicas y la monotonía insoportable, que describe la autora en esta pieza breve de una página mientras permanece casi inmóvil sobre la cama dejándose mimar por el sol de otoño, y la conclusión a la que llega acerca de la mujer llamada Sabela, que tararea mientras cuelga la ropa: quizás no le pide mucho a la vida, son todas ellas piezas ideadas para encajar perfectamente. La pieza A Mai es una pintura, que no un retablo, es un pase de película, que no una foto. Miro por la ventana es la contemplación de la vida cotidiana desde aquel sitio tan seguro e íntimo que es la cama; la ventana es el marco del cuadro, por ella asoman los personajes: Sabela, que canturrea, la otra mujer que se asoma por la otra ventana (la madre), Tobi, el pobre perro ciego, un guardia civil, cruel dueño del perro. Retratos vivos en pintura. Visibles y creíbles.

En la breve pieza teatral Noite hablan dos personajes, madre e hija. Asoman los hijos sin nacer. - Tienes obligaciones -dice la madre-. Solo tienen obligaciones las que tienen hijos -contesta la hija-. Yo nunca los tendré.

Es como si cayera un trozo de hielo; es un ruido seco. Dice la voz:

No quiero reproducirme. No fabricaré esclavos. Y menos, esclavas.

Dice Elfriede Jellinek en su ensayo: Sinn egal. Kórper zwecklos

Sentido, da igual - Cuerpo sin finalidad:

Und dann merken sie, dass sie ihre eigene Botschaft sind.

Y luego se dan cuenta de que son su propio mensaje.


Heidi Kühn-Bode es escritora y traductora.