Escuchen con atención
hombres, mujeres y niños
la copla de un valentón
llamado Mamed Toribio.
Es el hombre máis valiente
que se conoce en Galicia
y si no en todo España
según tengo por noticia.
Un día siendo muy chico,
ha robado un panecillo
y con mucha agilidad
lo ha metido en el bolsillo.
Vino junto de su madre,
le dijo desta manera:
he robado un panecillo
a una pobre panadera.
Y su madre le contesta
dándole su galardón
vuelve a ver si robas otro
hijo de mi corazón.
Teniendo dieciseis años
este muchacho atrevido
desenterró un difunto
y le sacó el vestido.
El vestido era bueno
ha venido de la Habana
lo ha traído el difunto
al venirse para España.
La familia del difunto
bien conoció el vestido
pero no le han dicho nada
teniendo miedo a Toribio.
Un día determinaron
el y otros compañeros
robar al cura de Grañas
la bolsa de sus dineros.
Como los descubrieron
dieron muerte a la criada
y el cura pudo escapar
saltando por la ventana.
Descalzo y en calzoncillos
lo auxiliaron los vecinos
dieron parte a la justicia
y Toribio fue cogido.
Lo llevan a Santa Marta
con los otros compañeros
atados de pies y manos
los recibe el carcelero.
Nadie sabe como pudo
desatarse el Mamede
se escurre como una anguila
detenerle nadie puede.
Se ha escondido en el monte
muy contento y confiado
llega la Guardia Civil
y a Toribio capturaron.
Se revuelve como un rayo
el valentón de Toribio
con el trabuco en la mano
mata a un guardia de un tiro.
Por los bosques escondido,
sin comida ni dinero
robaba en muchas casas
de algunos caballeros.
Que le daban de comer,
sin verguenza ni recelo
y todos lo auxiliaban
porque le tenían miedo.
Mucho ha dado que contar
las andanzas de Toribio
cuando no estaba en el monte
estaba en los presidios.
Se queren saber vostedes,
desta historia o final
veñan outro día á fía
aquí a San Ciprián!
Autor/a da transcrición: Estefanía Mosquera Castro